Justicia económica para todos
The world needs more just economic systems now
Already before the global Covid-19 crisis, the issues of debt management and increasing the mobilisation of domestic resources for development were areas that needed urgent action at the national, regional and global levels. The number of developing countries with unsustainable debt levels were alarmingly high, and illicit financial flows were continuing to drain countries of hundreds of billions of dollars in lost tax income every year. The interconnected health-, social- and economic crises unleashed by the Covid-19 pandemic have turned a critical situation even worse. Existing inequalities, including economic and gender inequalities, are being exacerbated, and those most in need stand the risk of suffering the hardest impacts. Lack of financing for development, including for essential public services and protection of human rights, is a central part of the problem. The most important and sustainable source of revenue, namely tax income, continues to be undermined by international tax dodging by multinational corporations and wealthy individuals.
This project provides a unique and extremely timely opportunity to reinforce the capacity, interconnectedness and active role of civil society organisations working on debt and tax justice in developing countries around the world. Through a joint, targeted international effort, the aim is to turn political promises on financing for development into action, and strengthen public accountability and good governance at the national, regional and global levels. In the context of the global state of world, struggle for a more just world for all has never been more urgent or more relevant.
Gestión, sostenibilidad y justicia de la deuda
Una crisis de deuda en el Sur Global ya no es un riesgo, sino una realidad muy tangible. En muchos países, el aumento de los pagos de la deuda está paralizando la capacidad de los gobiernos para proporcionar servicios públicos esenciales y hacer frente a la crisis climática. Según un informe de Debt Service Watch, el servicio de la deuda, incluidos los pagos de la deuda interna y externa, está absorbiendo en promedio el 38% del ingreso presupuestario y el 30% del gasto en todo el Sur, cifra que se eleva al 54% del ingreso y al 40% del gasto en África. Estas cifras equivalen a más del doble de los niveles a los que se enfrentaban los países de ingreso bajo antes de la iniciativa para la reducción de la deuda de los países pobres muy endeudados (PPME) y la Iniciativa Multilteral de Alivio de la Deuda (MDRI, por su sigla en inglés). Por lo tanto, esta ya es la peor crisis de deuda que ha existido en el mundo.
Flujos financieros ilícitos y la movilización de recursos domésticos
Los impuestos son una herramienta clave para corregir las desigualdades económicas. Este es el caso de las desigualdades entre países, donde el diseño de las normas, incluido el enfoque de la asignación de los beneficios de las empresas multinacionales entre países, resulta fundamental para reducir las brechas entre los países pobres y los ricos. Lo mismo ocurre con las desigualdades dentro de los países, que requieren de forma urgente un modelo tributario progresivo para reasignar recursos de los más ricos a los más pobres y para financiar los servicios públicos.
Sin embargo, si los sistemas tributarios internacionales y nacionales están mal diseñados también pueden tener el efecto de aumentar las desigualdades dentro de los países y entre ellos. Por ejemplo, cuando las lagunas internacionales y los paraísos fiscales permiten a las personas y empresas adineradas evadir impuestos en el ámbito nacional, los gobiernos pueden acabar enfrentándose a dos opciones negativas, a saber, la austeridad o las políticas tributarias regresivas, que tienen un impacto desproporcionadamente duro en los más pobres. Ambas opciones pueden terminar aumentando las desigualdades económicas dentro de los países.
Además, dado que las mujeres tienden a depender más de los servicios públicos, los recortes del gasto público también amenazan con agravar las desigualdades de género.
Países
Kenia
Kenia es un país de ingreso mediano bajo con un PIB de alrededor de USD 100.000 millones y, además, es una de las economías más estables y geopolíticamente importantes de África Oriental. Sin embargo, una serie de factores, incluidos los efectos de los flujos financieros ilícitos, el sobreendeudamiento, la pandemia de Covid-19 y los desafíos del cambio climático han eliminado recursos públicos muy necesarios y han creado una situación económica difícil, incluido un alto riesgo de sobreendeudamiento.
Ecuador
Ecuador es un país de ingreso mediano alto que actualmente enfrenta una crisis financiera. Durante el período 2007-2017, Ecuador experimentó avances económicos y sociales gracias, en parte, a la reducción de su deuda externa tras una auditoría de la deuda. Pero, durante los últimos años, la situación ha dado un giro brusco en una dirección negativa. El país ya estaba experimentando una recesión antes de la pandemia de Covid-19 y, a pesar de un leve repunte post pandémico, la evolución negativa ha continuado. Como resultado, se dispararon las desigualdades, los niveles de pobreza y la violencia. El grave sobreendeudamiento y los severos programas de austeridad, vinculados a un programa de reforma del FMI, constituyen elementos centrales de los recientes acontecimientos sociales y económicos en Ecuador.
Perú
Perú es un país de ingreso medio alto con un PIB de más de USD 200.000 millones. El país fue uno de los más afectados por la pandemia de Covid-19, que también provocó un retroceso en cuanto a los avances sociales logrados en las últimas décadas, y el nivel de pobreza extrema alcanzó más del 5% en 2020. La economía de Perú experimentó además una contracción en 2023, especialmente debido a las perturbaciones relacionadas con el clima y el malestar social.
Marruecos
Marruecos es un país de ingreso medio bajo con un PIB de alrededor de USD 130.000 millones. En los últimos años Marruecos ha experimentado una serie de shocks, entre ellos el terremoto de Al Haouz, que golpeó el país el 8 de septiembre de 2023. La economía de Marruecos ha demostrado ser bastante resistente a las perturbaciones y, en respuesta al terremoto, Marruecos ha puesto en marcha un plan de desarrollo para apoyar a las provincias más afectadas.
Zambia
Zambia está registrado por la ONU como uno de los países menos adelantados del mundo. Una reciente evaluación de la pobreza en el país reveló que el nivel de pobreza extrema era de alrededor del 48% en 2022, en comparación con 41% en 2015.
Granada
Granada es un país de ingreso mediano alto con una economía pequeña y basada en gran medida en el turismo. Como isla caribeña, Granada está muy expuesta a los impactos del cambio climático, incluido el creciente riesgo de huracanes.
La confluencia de altos niveles de deuda, vulnerabilidades climáticas y otras debilidades económicas representan una amenaza existencial para la región del Caribe. Granada es un ejemplo perfecto de esta dinámica y de la necesidad de soluciones sistémicas que aborden los complejos desafíos de desarrollo que enfrentan los pequeños Estados insulares en Desarrollo.
Bangladesh
Bangladesh está registrado por la ONU como uno de los países menos adelantados del mundo. Aunque las tasas de pobreza se han reducido sustancialmente en los últimos 20 años, en 2022 se contabilizaba que más del 18% de los bangladesíes seguía viviendo en la pobreza y más del 5% en la pobreza extrema. Al mismo tiempo, la desigualdad de ingresos es alta y va en aumento.
Nepal
Nepal está registrado por la ONU como uno de los países menos desarrollados del mundo y su economía depende en gran medida de factores como las remesas y el financiamiento de los donantes. Si bien el país ha logrado avances sustanciales en la reducción de la pobreza, la desigualdad de la riqueza es un problema creciente y, según una encuesta sobre el nivel de vida de Nepal publicada recientemente, aproximadamente el 20% de la población sigue viviendo en la pobreza.
Filipinas
Filipinas es un país de ingreso mediano bajo314 con un PIB de alrededor de USD 400.000 millones. Las remesas desempeñan un papel importante en la economía. El Banco Mundial estima que, solo en 2023, Filipinas recibió alrededor de USD 40.000 millones por esta vía, solamente superado por India, México y China
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Un sitio web que destaca el trabajo de un proyecto que pretende contribuir a reducir las desigualdades tanto dentro como entre países, incluidos los problemas específicos y extremos de las desigualdades económicas y de género en Indonesia y la India, así como las desigualdades globales causadas o exacerbadas por la evasión fiscal y los flujos financieros ilícitos.
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Una red internacional que participa en el proceso de las Naciones Unidas sobre Financiación para el Desarrollo (FpD). El grupo trabaja en conjunto para promover una gobernanza económica mundial democrática que funcione en beneficio de las personas y del planeta.