Filipinas es un país de ingreso mediano bajo314 con un PIB de alrededor de USD 400.000 millones. Las remesas desempeñan un papel importante en la economía. El Banco Mundial estima que, solo en 2023, Filipinas recibió alrededor de USD 40.000 millones por esta vía, solamente superado por India, México y China
Para concocer más, consulte el informe resumido
En 2021, la deuda pendiente del gobierno nacional alcanzó un máximo histórico de PHP 11,728 billones, equivalente al 60,5% del PIB. Esto es casi el doble de los PHP 6 billones de 2016, el año en que el expresidente Rodrigo Duterte comenzó su mandato. Según datos del Banco Mundial, la deuda pública externa también alcanzó un máximo histórico en 2022, con más de USD 62.000 millones, tras un fuerte aumento en 2020 a raíz de la pandemia de Covid-19. Si bien el crecimiento anual promedio de la deuda del gobierno nacional de 2013 a 2019 fue de solo de 5,2%, se disparó durante los años de pandemia: 26,7% en 2020 y 19,7% en 2021. Los confinamientos y las restricciones a la movilidad impuestas para contener la pandemia golpearon rápidamente a la economía y provocaron una contracción del PIB del 9,5% en 2020 y el gobierno justificó los préstamos masivos para luchar contra el Covid-19318. Citando las prioridades de gasto, las OSC sostienen que el rápido aumento de las deudas no se tradujo en aumentos proporcionales en la respuesta a la pandemia. En septiembre de 2021, se informó que se había desembolsado un total de PHP 570.000 millones para responder a la pandemia de Covid-19, una cantidad mucho menor que el gasto en infraestructura de PHP 1,8 billones y en pagos del servicio de la deuda de PHP 2,17 billones. Se debe prestar atención a los préstamos Covid-19, ya que las investigaciones del Congreso sobre los fondos de respuesta a la pandemia generaron controversia sobre las denuncias de uso indebido y corrupción.
A pesar del aumento de la deuda debido a la pandemia de Covid-19, Filipinas no era elegible para la ISSD debido a su clasificación como país de ingreso medio bajo, aunque no habría sido probable que participara incluso si hubiera cumplido con los requisitos de elegibilidad. Los gestores económicos del gobierno han dejado clara su postura de honrar todas sus deudas y mantener la confianza de los acreedores. La preservación de la imagen de solvencia impulsa las decisiones de política fiscal a medida que el gobierno aumenta su dependencia de los valores como el instrumento de préstamo preferido. Sin embargo, la participación en la ISSD no habría traído muchos ahorros a Filipinas porque, como se ha mencionado, la mayor parte de su deuda externa es con acreedores privados (44%, principalmente tenedores de bonos) y multilaterales (40,56%, principalmente el Banco Asiático de Desarrollo (21,6%) y el Banco Mundial (17%), que no participaron en la ISSD. La deuda externa bilateral representa solo el 15,4% de la deuda filipina, en su mayor parte con Japón (12,3%).
No se espera que el cambio de administración tras las elecciones presidenciales de mayo de 2022 provoque un cambio de paradigma por parte de los gestores fiscales. Se vislumbra que continúe la acumulación de deuda pública junto con una mayor vulnerabilidad fiscal. Las perturbaciones mundiales debido al conflicto entre Ucrania y Rusia, incluidas las subidas descontroladas de los precios de los alimentos y los combustibles, no representan un buen augurio para la capacidad del país de apuntalar las divisas procedentes del comercio y las inversiones.
En el año fiscal 2021, los ingresos tributarios de Filipinas alcanzaron el 18,1% del PIB, por debajo del promedio asiático del 19,8% para el mismo año.
En 1988 se introdujo el IVA. En 2007 se aumentó del 10% al 12%, y desde entonces se ha mantenido en ese nivel. De 1995 a 2019 la participación del IVA y los impuestos especiales en los ingresos totales se ha mantenido alta, con un promedio del 32%. Salvo en un breve período comprendido entre 2010 y 2015, los ingresos por impuestos al consumo han superado la proporción de los ingresos recaudados por los impuestos a la ganancia de las empresas y a la propiedad.
Desde 2020 el gobierno filipino ha implementado varias medidas tributarias y fiscales. Con un enfoque en el crecimiento impulsado por las empresas como clave para reconstruir la economía, el gobierno promulgó la Ley de Recuperación Corporativa e Incentivos Tributarios para las Empresas (CREATE, por su sigla en inglés), considerada como uno de los primeros paquetes de reforma tributaria que reconoce que sus disposiciones están erosionando los ingresos.
Desde 2020 el gobierno filipino ha implementado varias medidas tributarias y fiscales. Con un enfoque en el crecimiento impulsado por las empresas como clave para reconstruir la economía, el gobierno promulgó la Ley de Recuperación Corporativa e Incentivos Tributarios para las Empresas (CREATE, por su sigla en inglés), considerada como uno de los primeros paquetes de reforma tributaria que reconoce que sus disposiciones están erosionando los ingresos.
En el informe State of Tax Justice 2023, Tax Justice Network ha estimado que el abuso tributario transfronterizo está costando a Filipinas un total de USD 3.223,1 millones al año, lo que corresponde a más del 60% del gasto del país en salud. De esta pérdida, se estima que USD 2.996,4 millones provienen del abuso tributario de las empresas y los USD 226,7 millones restantes de la riqueza extraterritorial.
